Con la homocura, se supone que los homosexuales -según conceptos morales anticuados- están "curados".
Especialmente en el siglo XXI, puede sonar un poco extraño, pero incluso hoy en día, muchas personas siguen opinando que los homosexuales deben ser curados de sus preferencias. Sólo el término "curar" implica que -según su concepción- el amor al mismo sexo debe ser una enfermedad.
Quien piense que las personas que abogan por una cura homo pertenecerán siempre a la generación de más edad, ¡se equivoca! Incluso muchos jóvenes no tienen ningún problema en defender teorías como ésta. No pueden entender por qué el amor por un hombre o una mujer debería ser "normal" o "no patológico".
¿Suena increíble? Puede que sí. Pero: en una época en la que casi cualquiera puede escribir cualquier cosa en los comentarios de Internet, las afirmaciones correspondientes pueden entenderse fácilmente.
En este contexto, resulta especialmente preocupante que algunos homosexuales crean realmente que necesitan curarse de una enfermedad. A menudo son las reacciones a un tentativo Salir del armario o falta de entendimiento entre amigos que llevan a los afectados a hacer tal suposición.
Sin embargo, quien tenga problemas con su amor por el mismo sexo no debería ponerse en contacto con un curandero homo, sino buscar la ayuda de un terapeuta. A menudo, esto puede ayudarle a definir y aceptar un poco mejor sus propias preferencias.
Por cierto: los debates en torno a las terapias confesionales y su prohibición demuestran que Alemania va por buen camino en este sentido. La nueva normativa correspondiente puede proteger a los homosexuales, tanto jóvenes como mayores, de una mayor marginación y, por el contrario, dejar claro que aquí NADIE está enfermo por el mero hecho de amar al mismo sexo.