En un cuarto oscuro es -como su nombre indica- tan oscuro que la gente puede follar entre sí de forma completamente anónima.
Las personas que visitan un club gay o una sauna gay y quieren tener sexo espontáneo y anónimo suelen ir al cuarto oscuro. Allí se encuentran con personas de ideas afines que no suelen estar interesadas en CON QUIÉN follan, sino sólo EN QUÉ follan.
Hoy en día, los cuartos oscuros se ofrecen en muchos tamaños. Dependiendo de las instalaciones, incluso es posible organizar aquí extensas fiestas de gang bang. Sin embargo, no se trata de un fenómeno puramente gay. Muchos clubes de intercambio de parejas dirigidos a parejas heterosexuales también han integrado un cuarto oscuro en su oferta.
La particularidad es que, aparte de la zona de entrada, está totalmente a oscuras. Por lo tanto, quien entre en el cuarto oscuro debe tener siempre presente que, dependiendo de lo concurrido que esté, lo tocarán muchas manos.
Se trata de una gran alternativa para quienes desean tener varias parejas, sexo sin compromiso y esa aventura tan especial.
Muchos homosexuales que de otro modo no conseguirían (todavía) salir de su caparazón y rehuirían mantener relaciones sexuales con desconocidos (aunque en realidad les apetezca) podrían encontrar en el cuarto oscuro el punto de entrada adecuado.
Sobre todo después de salir del cuarto oscuro y la posterior estancia en el club, surge la pregunta "¿A quién me acabo de follar?". Un aspecto que hace sonreír a muchos gays, pero que también les tienta no pocas veces a visitar de nuevo directamente el cuarto oscuro.