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La hepatitis es una de las infecciones víricas más conocidas. Es posible vacunarse contra algunos tipos de hepatitis.

La hepatitis es una infección vírica que se presenta en distintas variantes y ataca al hígado. En Europa, las hepatitis A y B desempeñan un papel especialmente importante. Se transmiten principalmente a través de infecciones por contacto o frotis (A) y contactos sexuales (B). A veces, el consumo conjunto de drogas también es responsable de que el virus pase de una persona a otra.

Desgraciadamente, hoy en día se siguen subestimando los efectos que puede acarrear la hepatitis. Sin embargo, es relativamente fácil prevenir la enfermedad, por ejemplo utilizando preservativos. En relación con las hepatitis A y B, también existe una vacuna.

Los signos que pueden indicar una enfermedad aguda son variados y también pueden apuntar a otras causas. Sin embargo, deben prestar atención sobre todo las personas que se sienten apáticas durante un periodo prolongado, se quejan de náuseas y dolor abdominal y desarrollan "de repente" una aversión a los alimentos especialmente grasos y al alcohol.

Si tras un examen se ha diagnosticado una forma de hepatitis, es importante iniciar cuanto antes el tratamiento adecuado y dejar de beber alcohol. De este modo, se puede aliviar primero el hígado inflamado.

Lo ideal es que la hepatitis aguda se cure por sí sola y con reposo en cama que incluya una dieta ligera durante varios días. En función de las necesidades, los médicos recetan paralelamente analgésicos y medicamentos contra las náuseas. En algunos casos, sin embargo, se necesitan "armas más duras" para ayudar al hígado -en el mejor de los casos- a recuperar su forma anterior.