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Quienes descubren el flirteo por sí mismos muestran especial interés por su pareja. Muchas relaciones empiezan con un "flirteo inofensivo".

Coquetear puede ser el principio de una conexión apasionante. Algunas personas también flirtean "sólo por diversión". Por regla general, se trata de indicar "¡me gustas!" a la otra persona. Con el tiempo, la naturaleza del flirteo ha cambiado radicalmente. Hoy en día, el intercambio suele tener lugar a través de Internet y las salas de chat para ligar. Pero ligar en la vida cotidiana también puede ser divertido, por ejemplo, utilizando el lenguaje corporal. Aquí suele ser la mezcla de contacto visual y palabras lo que despierta el interés de la otra persona.

En realidad, sin embargo, no hay reglas estandarizadas que seguir a la hora de ligar. Más bien, es importante ser capaz de evaluar bien la situación (y el carácter de la persona con la que se flirtea) para no asustarla, en el peor de los casos.

Desde piropos hasta miradas furtivas, aquí todo suele estar permitido. Pero, ¡cuidado! Si te pasas de la raya o pareces demasiado insistente en las situaciones equivocadas, te arriesgas a que la conversación termine abruptamente.

El flirteo también es considerado por muchos como una especie de "juego previo", ya sea a una cita o a un encuentro espontáneo. Lío de una noche. Esto por sí solo demuestra lo versátiles que pueden ser los objetivos. Mientras que algunas personas utilizan el flirteo para conocerse mejor, otras sólo están interesadas en una aventura rápida. Para evaluar mejor las intenciones de la otra persona, casi siempre es útil prestar atención al entorno en cuestión. Por ejemplo, un flirteo en un supermercado puede ser mucho más "educado" que en un club sexual o en la pista de baile de una fiesta de solteros.