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Un padre gay no es infrecuente. Muchos hombres solo se dan cuenta de sus inclinaciones por su propio sexo cuando son mayores.

Ser padre gay puede poner a prueba la vida familiar a muchos niveles. Al fin y al cabo, la homosexualidad -especialmente como padre de familia- va en contra de todos los conceptos y convenciones morales de la sociedad.

Cualquiera que haya decidido engendrar un hijo con una mujer es por supuesto recto...¿o no?

Las estadísticas muestran que un Salir del armario - especialmente a partir de los 50 años, no es nada infrecuente. Muchos hombres se dan cuenta aquí de que se han mentido a sí mismos durante mucho tiempo al no admitir sus propios sentimientos.

Muchos hombres reaccionan confusos cuando notan en sí mismos las tendencias correspondientes. El hecho de que ya no le apetezca acostarse con su propia mujer suele descartarse como estrés o algo similar. En consecuencia, un padre gay suele sorprenderse de sus propios sentimientos.

En este caso, sólo una cosa ayuda: buscar ayuda, sentirse positiva consigo misma y la comunicación. La esposa afectada debe saber siempre que no es "culpa" suya que el marido se sienta repentinamente atraído por los hombres. Del mismo modo, hay que apoyar a los hijos durante esta fase especial de la vida.

Muchas familias deciden iniciar una terapia familiar. No se trata en absoluto de "volver a polarizar" al hombre, sino de aprender a afrontar la nueva situación. Sin duda, sería pedir demasiado poder volver a vivir en una relación amistosa "de ahora en adelante". Al fin y al cabo, la salida del armario del padre gay también significa que la relación con la madre (inevitablemente) ha fracasado. Sin embargo, con comprensión y tiempo, se trata de un obstáculo bastante superable para todos los implicados.