El dogging es el anuncio público de dónde y cuándo quieres tener sexo.

Con el dogging, los homosexuales (y también los heterosexuales) deciden anunciar públicamente su próxima aventura sexual. El objetivo es atraer al mayor número posible de mirones. En la era de Internet, el dogging ya no es un problema.

Quienes buscan voyeurs y esa emoción tan especial suelen encontrar lo que buscan en los chats y plataformas pertinentes. Aquí se pueden introducir fácilmente las fechas correspondientes.

En cuanto a la elección del lugar, sin embargo, es importante actuar con cautela. Si se es demasiado permisivo, se corre el riesgo de ser acusado de causar molestias públicas. Esto es especialmente cierto si el dogging se convierte en un auténtico acontecimiento con muchos espectadores. Para limitar el número de espectadores, puede valer la pena utilizar un pequeño truco. Es posible publicar sólo el día y la hora en el primer paso y luego revelar la ubicación exacta a través de PN en el segundo paso.

Esto suele permitir controlar el número de participantes pasivos. Sin embargo, no es raro que los clásicos doggings se conviertan en aventuras sexuales especiales con varios participantes. También en este caso tiene sentido discutir de antemano lo que está y no está permitido en la cita en cuestión. ¿Quién quiere tener que discutir con otros durante el sexo si se les permite participar o no?

Una forma algo atenuada es invitar a otras personas a tu casa, por ejemplo, para que te observen.