Una cita es una cita romántica.
Hoy en día, cualquiera que desee conocer mejor a otra persona con vistas a una relación o una aventura sexual suele concertar una cita. Se trata de una cita que puede tener lugar en diversos lugares, pero a menudo en un restaurante.
El objetivo: miradas íntimas, conocerse (a menudo por primera vez) y quizá incluso el inicio de una relación o un romance.
Sin duda, todo el mundo tiene ideas individuales a la hora de describir la "cita perfecta". Mientras que algunos se decantan por la variante clásica, dicha visita a un restaurante, a otros les puede entusiasmar un poco más de acción.
Una cosa es cierta: una cita no tiene por qué ser anticuada o estirada. Con los trucos adecuados, es posible convertir cada cita en un auténtico acontecimiento. Pero, ¿en qué consiste una cita convincente?
¿A la luz de las velas? ¿Conversaciones profundas? A menudo es la mezcla de todo lo que convierte una cita en una velada inolvidable. Sin embargo, si quiere inspirar a su pareja en cualquier caso, debería -a pesar de toda individualidad- atenerse a ciertas reglas básicas. Por ejemplo, puede tener un efecto increíblemente sexy en la otra persona si el interlocutor no sólo habla, sino que también escucha.
A menudo hay opiniones divergentes sobre quién debe pagar en la primera cita o el primer encuentro. Un pequeño truco: si te apetece volver a ver a la otra persona, paga tú. Si la otra persona te da las gracias, puedes decir "¡No hay problema! Puedes pagar la próxima vez!", unido a una sonrisa, puede hacer que la próxima cita se concierte unos instantes después.