Corona y la psique: ¿cómo de cerca está un posible burnout?
Mucha gente hablaba -sobre todo al principio de la crisis de Corona- de disfrutar experimentando lo desacelerada que puede ser la vida. Sin embargo, tras unos días de relax, enseguida se vio que no todo el mundo podía soportar bien la renuncia a la oficina clásica. Porque la oficina en casa -lejos de las reuniones cara a cara y similares- también puede ser estresante a largo plazo.
No sólo los autónomos han experimentado que puede resultar una carga enorme intentar mantener el mismo nivel de rendimiento que antes y satisfacer las nuevas exigencias.
La perspectiva de una ayuda estatal tampoco tranquilizó a muchos. Porque: diversos rumores hicieron que los pensamientos de los afectados tuvieran que dirigirse rápidamente hacia posibles modalidades de reembolso.
En resumen: Corona puede poner a prueba la psique y -especialmente si existen enfermedades previas relevantes- empeorar aún más la situación. Pero, ¿por qué es tan preocupante la crisis actual? ¿Y cómo se puede contrarrestar en caso necesario?
Dato nº 1: La crisis de Corona parece imprevisible
Debido a que el coronavirus actual es un virus nuevo, los científicos y sus asesores, entre otros, andan a tientas en la oscuridad. Las opiniones divergentes y las recomendaciones cambiantes provocan entonces también malestar entre la población. Uno de los ejemplos más clásicos: al principio de la crisis de la corona, muchos virólogos de renombre desaconsejaron el uso de mascarillas.
Esta incertidumbre también se refleja en el mundo profesional. Después de todo, ¿cómo sabe un autónomo que la situación de sus pedidos no evolucionará negativamente porque sus clientes se hayan quedado sin dinero, por ejemplo? Los planes de facturación y similares suelen tener que ajustarse en consecuencia, por lo que es difícil confiar completamente en ellos de antemano.
Dato nº 2: Trabajar desde casa requiere aprendizaje
Al principio suena emocionante: Parece tentador trabajar desde casa (¿quizá incluso en chándal?). Pero este tipo de trabajo requiere un alto grado de disciplina. Sobre todo cuando tu propia familia no acepta el horario de trabajo y no para de distraerte, el estrés no tarda en aparecer.
Si la carga de trabajo se acumula y los plazos se acortan, existe el riesgo de que el ritmo sea frenético y se produzcan atascos en los plazos.
Por lo tanto: trabajar en un despacho en casa puede ser divertido -siempre que se respeten ciertas normas-, pero requiere una mezcla de gestión clara del tiempo y apoyo del círculo familiar.
Hecho nº 3: A menudo se descuidan las aficiones
Este hecho está estrechamente relacionado con el nº 3, pero es tan conciso que merece ser mencionado en un punto aparte. Trabajar en un despacho en casa también modifica la rutina diaria, en el sentido de que la jornada laboral suele empezar más tarde y terminar más tarde.
A los que antes les encantaba entrenar en el gimnasio por la tarde, ahora suelen renunciar a su sesión habitual de ejercicio. Y ahí está el error. Porque está demostrado que el ejercicio ayuda a reducir el estrés.
Este ámbito demuestra una vez más lo importante que es establecer una rutina diaria estructurada y seguirla. De este modo, nadie tiene que prescindir de su (merecida) compensación.
Consejos para una vida cotidiana más relajada durante la pandemia de Corona
Hay que reconocerlo: Parece un poco difícil relajarse durante la crisis Corona en la vida laboral cotidiana, ya sea como autónomo o como empleado. Sin embargo, con los siguientes consejos, al menos conseguirás dejar entrar un poco más de calma.
- Recuérdalo siempre: El final de la pandemia se acerca... Sólo que aún no está claro cuándo. Pero: ¡sí, hay un tiempo después de Corona!
- La crisis de Corona puede ayudar a arrojar nueva luz sobre los propios objetivos (tanto empresariales como privados). Detrás de muchos retos hay oportunidades.
- Quien necesite ayuda, que la busque. Tampoco en este caso debe descartarse por completo acudir a un psicoterapeuta. De este modo, a menudo es posible evitar el "peor de los casos", el agotamiento. Sin embargo, el primer punto de contacto es siempre el médico de cabecera.
Con un poco de previsión y optimismo, muchas personas deberían darse cuenta de que una actitud relajada es casi siempre la mejor alternativa. Conseguirlo no es fácil, pero tampoco imposible.
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