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Quienes están sometidos se someten a su pareja, tanto en la vida cotidiana como sexualmente.

En general, hay dos tipos de esclavitud. Las personas pueden ser esclavas unas de otras tanto sexualmente como con respecto a situaciones generales dentro de la pareja.

A los cornudos en la cama les encanta someterse, consciente o inconscientemente. En el sentido clásico, cornudo aquí no significa simplemente pasivo ser. Más bien, la esclavitud también desempeña un papel en relación con la BDSM Desempeñar un papel importante. A veces, a los gays les encanta ser sumisos en la cama, aunque esto no concuerde en absoluto con su carácter en la vida cotidiana clásica. Durante el sexo, renuncian entonces a la responsabilidad y les resulta córneaestar a merced de su pareja: atado, por ejemplo.

En cambio, ser esclavo en la vida cotidiana puede convertirse en un verdadero problema. Los esclavos se someten por completo a su pareja. Intentan complacerles y leen en sus ojos todos sus deseos. Es precisamente cuando se explota este tipo de dependencia cuando suelen surgir situaciones peligrosas (y psicológicamente estresantes). A veces, las relaciones correspondientes sólo pueden salvarse (si es que se salvan) mediante terapia de pareja. Sin embargo, este tipo de esclavitud es fundamentalmente diferente de las experiencias y prácticas sexuales antes mencionadas. Mientras que en la cama se trata de obtener placer, la cornudez relacionada con las relaciones suele centrarse en la degradación del miembro más débil de la pareja.

Por cierto: el bondage puede -a nivel sexual- expresarse maravillosamente en pareja y Juegos de rol pueden incorporarse. Especialmente cuando los miembros de la pareja utilizan para ello diferentes juguetes del sex shop, suelen surgir situaciones especialmente excitantes. Los aficionados a los juegos de esclavos y co. venga sin duda sacarán provecho de su dinero.